8 de noviembre de 2012

La Moda


A veces, cuando salgo de la oficina, me cruzo en el corredor con una señora que me saluda tímidamente. Yo la veo, la analizo y pienso que su juventud se debió dar en plenos años setentas; seguramente por esa época consiguió su primer empleo y se gastó varios sueldos comprando faldas en A con chaquetas cortas en paño muy pesado de fibras gruesas, también debió invertir bastante en zapatos de punta chata con cinta de cuero y hebilla en el tobillo. Seguro aprendió a dormir con rulos de plástico y compró laca Kleer Lac de Recamier, o usó limón con azúcar cuando se acababa la laca. Las compañeras de oficina debieron enseñarle a usar sombra azul claro en todo el párpado superior y a pintarse los labios de carmín.

Eso está bien, uno se acomoda a su tiempo y trata de usar lo que se usa, el problema es cuando a pesar del paso de los años uno se queda estancado en el siglo anterior; creo que eso le pasa a la señora que me cruzo en el corredor, ella se quedó en los años setentas y sigue usando las faldas de paño pesado en A, las chaquetas cortas, los zapatos chatos, el peinado en bucles que se enroscan hacia arriba gracias al efecto de dormir con el rulo de plástico y luego llenarlo de laca (vaya uno a saber si todavía consigue la Kleer lac o si usa limón con azúcar).

Yo la criticaba mentalmente hasta que un día, después de cruzarme con ella, me subí al ascensor y me encontré de frente conmigo misma, vestida de pantalón medio entubado, camisa por fuera, saquito de lana con cuello en V y me di cuenta de que solo me faltaba el delineador negro en el párpado inferior, el copete Alf y las uñas fucsia tan comunes como el resto de la pinta en los años ochentas y principios de los noventas.

Entonces, tristemente me pregunté si me he quedado estancada en la moda de la época en la que empecé a comprar mi propia ropa, y si alguna jovencita de esas que vienen a trabajar con blusa de tiritas, falda sin medias, zapatos de plataforma a miles de centímetros del suelo, o camisa con medias y sin falda, me verá de arriba abajo criticando que me hubiera acomodado a mi tiempo y que me hubiera quedado estancada en el siglo anterior…