16 de abril de 2012

El Tansmilenio y Yo.

7:15 AM ya he pasado varios minutos viendo desde el vagón de la estación a las personas que pasan en sus carros hacia el centro, en trancón, pero sentados y cómodos, sin calor ni frio, seguramente escuchando música; viene un A70 que emoción, ese me sirve… repleto, tres minutos más, cuatro, un H70 bueno, ese también me sirve… repleto, a mi alrededor unas diez personas que resignadas esperan conmigo, un H73 que no sé si me sirve o no, repleto, un jovencito nos empuja y se sube en los cinco centímetros que dejan libres los pies de las personas que viajan apretujadas contra la puerta del bus. Se cierra apiñuscándolo contra la gente y la puerta le aplasta los converse blancos, pero logra irse.
7:25 AM He contado 8 buses desocupados con el ET y no es el extraterrestre, es “En Transito” prendido, trato de no llenarme de rabia de ver buses pasar sin gente cuando solo en la puerta en la que espero me empujan más de 25 personas que hacen el intento de apretujarse en los buses que pasan atiborrados; en la autopista veo a la campeona de las maniobras peligrosas, una jovencita en un twingo que se está delineando con un lápiz sobre las pestañas ¡con el carro andando!, vale anotar que ella va manejando, ¡hágame el favor!
7:40 AM Dejé de contar, aunque no pasan muy seguido pasan, pero repleto es un adjetivo que se queda corto para describir el estado en que viene cada uno, las puertas se abren dándole un respiro a las maletas aplastadas entre los vidrios, los del tumulto que se armó a mi espalda empujan y se lanzan pero aunque llevan toda la fuerza de los participantes de “Duro contra el muro” no logran entrar a los buses y claro, quedan de primeros en la fila, dejando a los que llevamos una eternidad esperando mucho más atrás, el calor humano es evidente y yo tengo chaleco, chaqueta y bufanda, pero ya somos tantos y tan apretados que no hay posibilidades de que me quite ninguna de las prendas descritas.
7:55 AM Mi hora de entrada a la oficina es 8:00, me demoro 12 minutos caminando desde la caracas, el bus se demora como 9 minutos en llegar a la estación, por lo que ya voy por lo menos veinte minutos tarde, pienso en ir a otro vagón donde pueda subirme a un mochilero, pero tengo tanta gente detrás, que salir de ahí va a ser tan difícil como entrar a un bus, así que conservo la esperanza de que algún ET se convierta en un A70 y yo logre al menos subirme.
Ya no sé la hora, es imposible levantar mi mano para ver el reloj, paró un A70 del que se bajaron a punta de empujones y codazos un par de personas, yo aproveché el desorden y me apretujé para poder subirme, estiro un brazo para agarrarme del tubo que está diseñado para europeos de más de 1.80 de estatura en un país subdesarrollado donde unas pocas mujeres llegamos al 1.60, se subió tanta gente conmigo que cuando decido bajar el brazo, porque agarrar el tubo es imposible, me doy cuenta de que ya no hay donde acomodarlo y al pobre le toca irse alzado en posición de “Heil Hitler”; finalmente logro llegar a mi destino y bajarme en la en la estación, pero llevo tanto tiempo de pie entre esperar y apretujar, que la subida me parece eterna, los pies me duelen y pienso que con gusto voy a pagar la cuota del carro, aunque no tenga para almorzar, que sonreiré feliz en el trancón diario y aguantaré agradecida las cerradas de los buses y las mil motos que aparecen de la nada haciéndome frenar en seco.

1 comentario:

  1. Estimada Escritora de apabullante léxico, "aplastados, apretujarse, apiñuscándolo, atiborrados,tumulto, mochilero" palabras fáciles de describir a los extranjeros por la infinidad de sinónimos, la felicito!! continúe con ese humor por el bien de la humanidad.
    Marthape
    (su fan No.1)

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